viernes, 31 de julio de 2009

Entrevista: Niño azul y oro

Cuando salió de Cruz Azul, La Máquina perdió a uno de sus últimos emblemas. Hoy, Paco Palencia le da lustre al trofeo que obtuvo con Pumas, en busca de reencontrar al genio que guió a su plantel hasta el título del Clausura 2009.

Frota y frota la copa, como si de ello dependiera sacudirse el dominio ejercido por los celestes en CU desde hace cinco años.

Aunque, en realidad, El Niño no cree en el dominio cementero. "Si fueran los mismos jugadores tanto de nosotros como de ellos, sí podríamos hablar de una jettatura, como cuando algún boxeador se enfrenta a otro y siempre le gana. Aquí no aplica, porque simple y sencillamente, los equipos son otros a los de hace tres o cuatro años", asegura Juan Francisco, al tiempo que se despoja de su playera, como para presumir esa envidiable musculatura, cual Sansón de barrio.

"Cruz Azul tiene otro técnico y otros jugadores. Nosotros sí mantenemos prácticamente la base, pero muchas veces tampoco son los mismos que alinean", observa, interesado en diluir ese estigma que pesa en el estadio Olímpico Universitario, cada que ahí caen los cementeros.

"Me parece que en los juegos que nos han ganado aquí en casa hemos jugado mejor al futbol, pero ellos han hecho los goles y nos han ganado bien, no hay que demeritarlos", reconoce el rockero del futbol.

"Esperemos que esta vez sí concretemos las jugadas que tengamos de gol y mantengamos un equilibrio de lograr definir las que tengamos y ellos no nos hagan gol", añade. "Porque todos los partidos son diferentes, y más con otros jugadores y otro técnico, al cual yo respeto mucho".

Es entonces cuando Palencia hace homenaje a Enrique Meza, aquel estratega que lo vio nacer como futbolista y a quien recién tuvo como rival en la final, cuando el actual timonel azul todavía dirigía al Pachuca.

"Le tengo mucho aprecio a don Enrique Meza. Lo conozco desde que yo tenía 15 años; él me ayudó mucho y me ha enseñado muchísimas cosas de cómo moverte", agradece, y enseguida garantiza que el juego del domingo "va a ser un partido muy diferente a los anteriores".

Tanto así, que revela su deseo de marcarle a Cruz Azul, en pro de acabar con esa larga racha de ocho partidos perdidos, tres goles en favor y 18 en contra, incluido aquel 0-5 en el Apertura 05.

"Anotarle a Cruz Azul ilusiona, no sólo a mí, a cualquiera del equipo. Ya tuve la fortuna de hacerlo en unos cuartos de final, aunque lamentablemente no pudimos culminar con un triunfo y de poco sirvió", acepta.

"Si marco o no, eso queda para mí en segundo plano. Lo importante es que el equipo le gane a Cruz Azul", explica sincero.

Hoy ya no parece quedar nada de aquel aire albiazul que lo vio nacer como jugador, al sentirse tan enchufado y "enamorado" con los Pumas.

"Al estar tan vinculado a este club y tan identificado, cuando enfrentas a un club catalogado dentro de los grandes, siempre hay una rivalidad mayor. Nosotros encaramos este partido con un sabor diferente, sabiendo que tenemos que ganar, jugar bien y, sobre todo, darle alegría a toda esta gente".


Fuente:
José Ángel Parra
El Universal

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